¿Quién reina en el trono de tu corazón?

May 28, 2024


Usamos mucho lenguaje metafórico en nuestra fe. Como resultado, algunas cosas pueden resultar confusas.

“Invitando a Jesús a tu corazón”.
“Lavado en la sangre del Cordero”.

Todas estas son buenas ideas bíblicas, pero también pueden resultar confusas si no se conoce la historia teológica de fondo.

Aquí hay otro ejemplo: “Que la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones…” (Colosenses 3:15). Es un versículo inspirador. Puede que sea un poco más sencillo que esos otros ejemplos. Pero si no nos detenemos a pensar claramente en lo que significa, podríamos perder de vista cómo nosotros (u otros) podemos beneficiarnos de ello.

Analicémoslo.

Primero, su “corazón” es claramente más que un músculo. En la Biblia, su “corazón” a menudo se refiere a su lugar de convicciones y compromisos más profundos; esto incluye no sólo sentimientos sino pensamientos, tus afectos.

En segundo lugar, la “paz de Cristo” es (a) un estado que recibes después de haber recibido paz con Dios a través de Cristo, y (b) un estado mental que experimentas cada vez más. Tim Keller lo define así: “Confianza y descanso en la sabiduría y el control de Dios, en lugar del suyo propio”. Eso es útil. Esto es algo que se desarrolla con el tiempo y es algo que a menudo se puede ver en los cristianos más maduros a medida que experimentan los altibajos de la vida.

En tercer lugar, para que esa paz reine en su corazón, deben estar preparados para ceder ante un nuevo Rey y Gobernante en ese lugar más profundo de convicción y compromiso.

La palabra «gobernar» sugiere un súbdito o sirviente. Debemos reconocer que cada corazón tiene un trono. Si está ocupado por tu ego o por cientos de otros compromisos en competencia, no estarás en paz.

¿Por qué? Porque la paz de Cristo reina cuando su trono es indiscutible.

¿Quién reina en el trono de tu corazón? ¿Son tus sentimientos, dinero, una pareja romántica, una meta profesional, algo más? Si es así, será difícil encontrar la paz. Tu corazón fue diseñado para un Rey, no para muchos.

“Que la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones…”


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